Braulio Carrillo es conocido como el arquitecto del Estado costarricense: gobernó de 1835 a 1837 y de 1838 a 1842. Fomentó el cultivo del café, estableció los códigos en materia penal, civil y de procedimientos, creó una Constitución Política llamada la Ley de Bases y Garantías y estableció la Academia Militar.
Su administración debió afrontar la inestabilidad política provocada por la disputa de la capital. Su labor fue fundamental para centralizar el poder del Estado.
Fue derrocado en 1842 y declarado benemérito de la patria.